jueves, 26 de julio de 2012

Capítulo 5


Eran las 6 de la mañana y ya llevaba 2 horas despierta, no podía dormir. Ya estaba lista para salir hacia el aeropuerto se despidió de sus padres y se fue a la parada del autobús donde habían quedado el día anterior para ir hacia el aeropuerto.

Cuando llegó solo había llegado Lucía, pero pasaron 5 minutos y llegaron Ester y Cristina.

Todas ellas levaban 2 maletas, la que se hicieron juntas y otra un poco más grande. Estaban nerviosas, era la primera vez que viajaban solas en un avión. Cogieron el autobús y llegaron a el aeropuerto antes de lo que imaginaban. Lo primero que hicieron fue mirar en los billetes que número tenían que buscar y allí estaba el número 215 en la terminal 2. No había casi nadie en la cola así que fue muy rápido. Pasaron el control sin ningún problema y por fin se pudieron sentar en un Starbucks que había.

Faltaba muy poco para que saliera el vuelo, se acercaron a la puerta de embarque y entregaron sus billetes. Cuando Laura pasó se chocó con un chico de más o menos su misma edad, rubio con los ojos azules, bastante musculado y guapísimo. Se quedó petrificada cuando lo vio pero báh no creía que volviera a ver a ese chico tan increíble así que siguió hacía delante donde la esperaban sus amigas.

Subieron a el avión y se sentaron de dos en dos; Laura con Cristina y Lucía con Ester. Laura no se lo creía...¡ese chico se había sentado al lado de ella! Seria el destino o...¿ese chico la estaba siguiendo? No la podía estar siguiendo el era increíble y ella una chica normalita, morena con ojos verdes oscuros y delgadita.

Cuando se sentó la sonrió y ella le miró a esos ojos tan increíbles que tenía.

-Hola me llamo Joaquín-dijo el chico sonriendo.

-Yo... mi nombre es Laura

-Encantado de conocerte Laura.

El avión estaba apunto de despegar y ella estaba muy nerviosa, cuando Joaquín la vio así la miró a los ojos y le susurró “tranquila estoy contigo, no tienes que estar nerviosa no va a pasarte nada”

Cristina se quedó dormida nada más sentarse en el avión y sus otras dos amigas estaban demasiado lejos para escuchar aquello.

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