Recibió la respuesta enseguida:
A las 12 en
Sol entonces, arréglate que te voy a llevar a un sitio genial.
Besos.
Le preguntó a sus amigas que podía ponerse. Al final decidieron
entre todas que se pondría el vestido negro con escote palabra de
honor y detalles en blanco. Y como no, sus tacones preferidos blancos
de 10 centímetros. El pelo liso con algunos tirabuzones en el
flequillo y un poquito de maquillaje. Listo.
Eran las 12 y ella ya había llegado, de pronto un chico bien
vestido, con un polo y unos pantalones negros se acercó a ella y le
dio dos besos.
-Estás preciosa, Laura. Te has tomado muy enserio lo de
arreglarse-rió Joaquín.
-Gracias, tú también estas genial. Bueno y...¿donde piensas
llevarme?-pregunto la chica.
-Ahora lo veras.
Estuvieron andando 20 minutos y llegaron a una terraza espectacular
con música en directo. Se sentaron en una mesa cerca de el
escenario.
-Es increíble-dijo Laura.
-No tan increíble como tú, Laura se que nos conocimos hace poco
pero... me gustas mucho, es como si nos conociéramos de siempre-dijo
el chico.
-Tú también me gustas mucho Joaquín.
Entonces se miraron a los ojos, sin darse cuenta sus caras estaban
muy cerca, tan cerca que podían sentir la respiración del otro y
entonces el beso llegó. Un increíble beso, dulce, cariñoso, un
beso de amor.
Se miraron sonrientes, otro beso.
-Eres genial, me estoy enamorando de tí-dijo Joaquín.
-Y yo de tí- consiguió decir Laura antes de que volvieran a
besarse.
-¿Quieres bailar?-preguntó él.
-Pero... no está bailando nadie
-Otra razón más para bailar, habrá que animar a la gente ¿no?
La cogió de la mano y la llevo a la pista de baile, música lenta.
Ninguno de los dos controlaba bien ese tipo de baile pero se lo
estaban pasando genial entre besos y tropezones.
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