Sonó un pitido en su móvil. Era Cristian:
¡Hola preciosa! ¿Te apetece quedar esta tarde? Tengo muchas
ganas de verte, te he echado de menos. Ah, y tengo que decirte algo
importante.
Ese chico es genial, está enamorada, mucho. Respondió enseguida:
¡Holaaaaaaaa! Sí, tengo muchas ganas de verte. Yo también te
he echado mucho de menos y tengo que contarte una cosa que me ha
pasado y necesito desahogarme. ¿Pasas a recogerme en media hora?
Lo leyó de nuevo y envió el mensaje. Cristian no tardó mucho en
responder.
Okk. En media hora estoy allí. Un beso.
La chica se arregló, unos pantalones cortos negros y una camiseta
nadadora con un estampado de flores. Unas cuñas no demasiado altas y
como no, la pulsera que Laura le regaló.
Salió de su habitación y Ester y Laura estaban en el sofá. No se
saludaron pero las dos chicas que estaban sentadas miraron las
muñecas de Cristina. Y después si miraron entre ellas. No les hizo
falta hablar. Como todas las Sugus, se entienden solo con miradas, ya
que solo las verdaderas amigas pueden entenderse con solo una mirada.
Y ellas son, bueno eran verdaderas amigas.
Cristina bajó las escaleras y allí estaba su chico. Se dieron un
gran beso y se fueron a dar un paseo. Iban cogidos de la mano y
hablando. Llegaron a un Starbucks que estaba bastante cerca de allí.
Se sentaron en unos sofás bastante cómodos.
-Cristian, me he peleado con las chicas.
-¿Qué? ¿Por qué no me lo has contado antes?
-Estaba y estoy destrozada y no tenia ganas de hablar con nadie.
-Y... ¿Porqué os habéis peleado?
La chica le contó toda la historia
-Por eso estamos peleadas.
-Lo siento mucho, de verdad. Pero creo que es una tonteria.
-Ya...
-No te preocupes seguro que todo se arregla tarde o temprano.
-Eso espero, pero estoy muy mal, cada vez que entro en tuenti y miro
las fotos, empiezo a llorar.
-Tranquila, de verdad, además me tienes a mí.
-Bueno, cambiemos de tema. ¿Qué me tenias que decir?
-Te quiero.
-Yo también te quiero, muchísimo.
Y se dieron un beso que les pareció interminable.